CAMBIOS EN LA MADRE

Las alteraciones del sueño en las embarazadas

Los trastornos del sueño son frecuentes durante todo el embarazo. La somnolencia, el insomnio, algunos de los inconvenientes habituales. En esta nota consejos para disminuir las molestias.

En las embarazadas, posiblemente como consecuencia de los altos niveles de la hormona progesterona, durante el primer trimestre es común la somnolencia, fatiga, o cansancio durante el día. En el embarazo más avanzado los problemas suelen manifestarse como insomnio (incapacidad para conciliar el sueño o despertarse demasiado pronto), o sueño no reparador. Los problemas de sueño se dan incluso en aquellas mujeres que con anterioridad no han padecido alteraciones de este tipo. Pero durante los 9 meses hay varios cambios físicos que pueden explicar estas alteraciones: *El volumen abdominal impide encontrar una postura cómoda y crea dificultad para moverse en la cama; *Los movimientos fetales excesivos son más detectados con la inactividad nocturna de la madre; *En el tercer trimestre la mujer debe vaciar su vejiga, levantándose muchas veces por noche. El aumento de la frecuencia de las ganas de orinar es algo normal y de difícil solución, ya que se produce por la presión que ejercen el peso del útero y del feto sobre la vejiga.  Cuando la mujer está tranquila, recostada, suele sentir su propio latido cardíaco lo que le  impide conciliar el sueño. Esto se da sobre todo si se encuentra en una situación de anemia, ya que el corazón tiene que trabajar más para transportar suficiente oxígeno. Este signo debe ser consultado con su tocoginecólogo. El peso del útero y del feto, cuando la madre está acostada, cae sobre las grandes venas que llegan al corazón, generando una falta transitoria de riego que lleva a la mujer a experimentar una sensación de mareo. Los dolores de espalda son frecuentes en los últimos meses, puesto que la porción terminal de la columna va adaptándose al aumento del útero, lo que provoca molestias en la región lumbar, que se van incrementando a medida que transcurre el día. La actividad onírica o las ensoñaciones se incrementan significativamente en las embarazadas, dependiendo esto del sueño REM, y de los estímulos viscerales. Sobre todo en las primerizas, la ansiedad frente al parto que vendrá (miedo y deseo) se va haciendo más fuerte a medida que se acerca la fecha.